jueves, 1 de octubre de 2020

De vuelta, o eso espero...

      Hace casi 2 años, pizca más o menos, que entré por aquí con la intención de volver a publicar con mas frecuencia... Me entra la risa floja de pensarlo. Tenia la intención de contaros porqué había estado tan descolgada de todo y enseñaros muchas de las cosas que había hecho y no había subido al blog. Porque por aquel entonces, aunque "vagueaba" un poco, en cuanto a hacer manualidades, aún tenía algún que otro hueco para hacer cosas. Ahora, ya ni "faroleo" para ver que hacen las demás... Y la cuestión es que lo necesito cada vez más.
       Lo que ha pasado es que se me han juntado muchas cosas: el trabajo, la casa y mi princesa. Una princesa que aterrizó por aquí tres dias después de aquel último post. Aunque desde un principio ha sido una maravilla, no ha dado problemas para comer o dormir y es muy sociable y siempre esta contenta (que va a decir su madre... jajajajajajaja), no deja de ser un bebe y reclama toda nuestra atención. Primero porque te necesitan para todo y ahora porque no para quieta y lo quiere descubrir todo (hay veces que creo que tiene mas manos de las que tocan... ). Todo lo demás a pasado a la lista de tareas pendientes. Muchas veces pienso que voy a tener tiempo para hacer esto o aquello o acabar algo que ya tenía empezado y cuando voy a ponerme con ello surge algo. 
       Quizás solo sea que necesito organizarme mejor, no lo sé. Soy uno de esos seres que tienden a aumentar la entropía de forma exponencial en cuanto se descuidan... La situación en la que vivimos desde hace meses no ayuda nada, solo nos complica mas las cosas.
         Veo en las redes sociales, mujeres que parecen tenerlo todo bajo control: la casa tan impoluta y organizada que ni Mari Kondo, no hablemos de la decoración, son tan maravillosas que harían que los hermanos Scott se deprimiesen por inútiles, cocinan en plan gourmet, y presentan unos platos que no sabes si comertelos o enmarcarlos, es más, alguna que otra tiene su mini huerta... todo muy ecologico y cuqui, trabajan fuera de casa, los niños perfectos y atendidos, tienen siempre preparadas veinte actividades superdidacticas y chupiguays para hacer con ellos, leen libros interesantes, van a actividades culturales, hacen de todo, incluyendo unas fotografias maravillosas... Yo, me miro al espejo y ni me reconozco: en cuatro meses me he llenado de canas, el pelo que me queda, porque mudo más que mis gatos, y tengo cara de necesitar sseis meses de sueño ininterrumpido, por la casa parece que ha pasado una combinación de huracan y tornado, si quiero acabar el trabajo, me toca quedarme hasta las tres o las cuatro de la madrugada, aprovechando el sueño de la peque... No llego, ni aunque me triplicasen el numero de horas por día!!! 
        Tal vez solo sea cosa de tiempo, ese que a veces pasa tan rápido y otras se hace eterno. O quizás sea, que en cierto modo, nos "venden" la idea de que todo es perfecto. Y eso es una trampa de la que es muy difícil escapar, porque en tu subconsciente puede acabar anidando la idea de que si no eres "perfecta" es porque no quieres, y aunque tu parte mas racional, te diga que haces más de lo que puedes o debes, siempre queda esa insidiosa sensación de ansiedad por lograr que todo sea un poco mas parecido a ese ideal. 
 
       Con todo, supongo que nunca pierdo la esperanza de tener un poco mas de tiempo para mis "cosas"...


No hay comentarios: